El Dr. Hugo Carrer se graduó con el título de Médico Cirujano de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Córdoba en 1967, donde realizó sus primeros pasos en docencia en la cátedra de Histología. Siendo muy joven se incorporó al Instituto de Investigación Médica Mercedes y Martín Ferreyra (IMMF) y bajo la dirección del Dr. Samuel Taleisnik, director del Instituto en aquel momento, realizó su tesis doctoral en la que estudió La influencia de la formación reticular mesencefálica en el control de la liberación de gonadotrofinas hipofisarias, marcando el inicio de su prolífica carrera científica en el área de la neuroendocrinología / neurofisiología.
Posteriormente, el Dr. Carrer fue miembro del Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CNRS), en Francia y entre 1971 - 1972 trabajó en el Instituto de Histología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Estrasburgo, donde nació su hija Dolores quien es científica e investigadora del IMMF en la actualidad. En 1972 recibe un importante subsidio del Instituto Sueco para trabajar en el Departamento de Farmacología Medicinal de la Universidad de Uppsala. Entre los años 1973 a 1975 realizó su posdoctorado con una beca de la Fundación Ford en el laboratorio del Dr. Charles Sawyer en el Departamento de Anatomía, Facultad de Medicina de la Universidad de California, USA. Luego, en la década del 80 realizó una estadía científica en Japón en el Departamento de Fisiología de la Universidad de Kanazawa donde se inició en la técnica de patch clamp (1983). Finalmente, en los años 1991 a 1992 fue premiado por la Fundación Wenner Gren para realizar investigación en el Instituto Karolinska, ubicado en Estocolmo, Suecia.
Hugo Carrer formó recursos humanos, varios de ellos hoy soy investigadores del IMMF y de la Universidad Nacional de Córdoba, algunos de ellos han llegado a ser distinguidos científicos de nuestra comunidad y del extranjero; entre ellos el Dr. Daniel Mascó, quien fue su primer tesista doctoral, los Dres. Héctor López, Hugo Díaz, Alfredo Lorenzo, Daniel Córdoba Montoya, María Julia Cambiasso y Franco Mir. En la actualidad integran nuestro instituto, investigadores que se formaron con los discípulos de Hugo Carrer, como Agustín Anastasia, Nicolás Unsain y Carla Cisternas, quienes de esta forma podrían ser considerados “los nietos científicos de Carrer”.
Dentro de su producción científica sobresalen dos trabajos que constituyeron un avance significativo en el área específica de la neuroendocrinología: en primer lugar, se destaca el trabajo de Carrer y Aoki de 1982 publicado en la revista Brain Research en el que demuestran, por primera vez, que el estrógeno induce un aumento en el número de terminales y contactos sinápticos por unidad de área en el núcleo ventromediano hipotalámico en ratas hembra adultas ovariectomizadas. En segundo lugar, se destaca por su importancia el artículo publicado por Córdoba Montoya y Carrer en 1997 y que se relaciona con la plasticidad funcional. En este artículo demuestran que el estrógeno facilita la potenciación de larga duración en el hipocampo de ratas despiertas. Estos trabajos fueron pioneros en el área y contribuyeron al concepto de los esteroides gonadales como moduladores de la plasticidad estructural y funcional del cerebro y le valieron a Hugo Carrer el reconocimiento internacional, tanto por el número de citaciones que recibieron estos trabajos individualmente, como también por el reconocimiento personal a su labor científica. Como ejemplo de este reconocimiento a Hugo se puede mencionar el que le brindó el distinguido neuroendocrinólogo Bruce McEwen quien, en el ámbito de un congreso internacional en Buenos Aires, y antes de iniciar su conferencia plenaria, expresó ante toda la comunidad científica el valor de los trabajos de Hugo como semillero de nuevas ideas en el área.
La trayectoria y labor científicas de Hugo Carrer recibieron el reconocimiento de nuestra institución en las III Jornadas Científicas del Instituto Ferreyra “APORTES DE UN NEUROCIENTÍFICO: desde el laboratorio a la comunidad” realizadas el 21 de junio de 2018.
Durante las Jornadas, la Dra. María Julia Cambiasso destacó que “una característica que distinguía al Dr. Carrer era su honestidad, su respeto al otro, a sus ideas. Su pasión por el trabajo experimental era notable, nunca dejó “la mesada” o mejor dicho el set up de electrofisiología. Él dedicaba todo el tiempo que fuera necesario para que sus becarios (e incluso becarios de otros laboratorios) aprendieran los secretos del patch, siempre estaba dispuesto a colaborar para solucionar problemas que surgían durante los experimentos, incluso aun cuando ya estaba jubilado y lo convocábamos”. Le encantaban los desafíos y con estas palabras lo recordaba Juan Carlos Molina, investigador de nuestro instituto, en sus palabras a Hugo en las Jornadas Científicas “marcaste caminos de interacción que no te imaginas cuánto nos han ayudado dentro del marco del Ferreyra y cuánto nos han permitido acercarnos a instituciones y personas con voluntad de generar lo mejor”.
Uno de los desafíos que emprendió fue la organización de la asignatura Anatomía, Fisiología y Fisiopatología Humana de la carrera de Farmacia de la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Nacional de Córdoba donde fue profesor titular por casi 20 años. Pero sin dudas uno de los mayores desafíos de los últimos años de su carrera científica fue su participación en la creación del Doctorado de Neurociencias, un posgrado interdisciplinario de la Universidad Nacional de Córdoba que en el que él actuó como coordinador conjugando voluntades diversas para ir generando las condiciones de cooperación y diálogo necesarias para que después de mucho tiempo y trabajo conjunto, el doctorado pasara de ser una gran idea a una realidad.
Su entrega y su disposición hizo que Hugo Carrer se transformara en un pilar invalorable de esta institución, tanto por su trabajo de gestión, que por ejemplo se vio reflejado en la elaboración de nuestro reglamento de funcionamiento interno, como también por su asesoramiento científico. Hugo fue un investigador de la casa siempre presente y dispuesto a ayudar y lo hacía de una manera desinteresada, generosa, constituyéndose en un ejemplo de altruismo que muchos en el instituto tratamos de emular.